Hola hola!!!
Quería compartir con ustedes algo que me viene dando vuelta en la cabeza hace días y espero que l@s haga reflexionar tanto como a mi.
Ahora que soy mamá me percato de muchas cosas que antes talvez pasaba por alto como por ejemplo lo mucho que hay que planificar las actividades del día (y todo se hace en función de nuestros hijos y vale completamente la pena), todas las emociones que una sonrisa de un bebé puede provocar en uno, lo mucho que hay que cuidar lo que se deja al alcance de los niños PEROOOO sobre todo LO MUCHÍSIMO que hay cuidar lo que decimos en cuanto a cómo nos vemos a nosotros mismos y a la comida .
Para los que no conocen mi otra faceta jajaja también soy teacher de jazz y tengo la bendición de estar rodeada de princesas preciosas que también (al igual que mi hijo) son esponjitas que absorben absolutamente todo lo que uno dice y hace. (Tanto lo bueno como lo malo)
A veces solemos referirnos a nosotros como:
– Estoy demasiado gord@ y fe@
– Estoy hart@ de estas llantas
– Todo se me ve mal.
O peor aún a veces mientras comemos en familia «satanizamos» algunos alimentos sin darnos cuenta que nuestros chicos nos están viendo y escuchando.
Nos referimos siempre a que estamos «a dieta» y por eso no podemos comer rico y disfrutar de la vida, sino que pareciera que lo que se «nos permite» comer dentro de la dieta es lo más aburrido e insípido del mundo.
Entonces adivinen qué??? Cuando les ofrezcamos a nuestros hijos ese vegetal, fruta, pescado o lo que fuera que comimos el día que nos quejamos de la dieta, NO va a querer probarlo jamás!!!!
Por otro lado sin darnos cuenta estamos enseñándoles a que comer es un estrés, a no disfrutar de la comida sino a reprochar todo lo que quisiera comer y «no puedo».
Sin mencionar que además empezamos a alimentar una inseguridad terrible en nuestros hijos con respecto a su cuerpo.
Me encantaría brindarles algunos consejos para que juntos vayamos trabajando en esto y ayudemos a nuestros chicos a disfrutar de la comida, amarse a ellos mismos y aprender a vivir saludablemente.
No les enseñemos a estar a dieta, enseñémosles que un estilo de vida saludable con alimentación balanceada es rico y se disfruta!
Mostrémosles que cuidamos de nuestro cuerpo por salud y no porque estoy fe@ o me siento inconforme conmigo mism@.
Disfrutemos de los alimentos a la hora de comer junto a ellos. Como yo le digo a mis pacientes: si está con sus hijos y tiene muchas ganas de comerse un queque de chocolate con ellos, cómaselo, disfrútelo y haga todo lo que lo haga feliz. En el momento en que la dieta lo separe de su familia, amigos o seres queridos ALGO NO ESTÁ BIEN.
Refiérase con amor hacia usted. Hable positivamente de su cuerpo.
Hagan ejercicio en familia y disfrútenlo!! Escojan lo que más les guste hacer (bailar, fútbol, salir a caminar, pasear al perro) y tengan tiempo de calidad mientras se ejercitan.
Sean muy felices siempre! Estar vivos es una bendición, comer es una bendición y disfrutar de los alimentos es otra bendición!!
Que tengan una excelente semana!